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These are some samples of pictures taken with the 24MP Sony A6000 mirrorless digital camera.

The pictures were taken during the period of camera testing on a trip to Europe.

All pictures were taken in PROGRAM or AUTO-i mode. None of them in RAW.

Pictures are copyrighted by PEPE FORTE, the review's author.

 

A continuación algunos ejemplos de fotografías tomadas con la Sony A6000.

Todas las fotos fueron tomadas en PROGRAM o AUTO-i; ninguna en formato RAW.

Las fotografías tienen los derechos de PEPE FORTE, el autor del reportaje, y fueron tomadas por él.

 

Por: PEPE FORTE

Mi gadget bag habitual tiene ínfulas de salvavidas ideal del fotógrafo náufrago: Es una veterana bolsa de Tamrac, gris ratón, grande, pletórica de bolsillos, cierres de cremallera y Velcro, que incluye en su carga aún en el siglo XXI tijeritas heredadas de la época en que a menudo era necesario cortar en emergencia una tira de filme de 35mm. Más contemporáneamente hablando, ostenta una viajera laptop Mac de 13 pulgadas.

La bolsa siempre fue muy capaz, a pesar de haber tenido que renunciar a ciertos entusiasmos diligentes:  en la banda de la que la colgamos al hombro, se hallaba una cartuchera de cuero que albergaba un versátil Swiss Army knife, que después del 9/11, Bin Laden nos prohibió llevarlo en los vuelos...

Con tal maleta —o con una mochila ídem—, que además de los auriculares tipo noise cancelling, un iPod con todas las canciones de The Eagles para matar el tedio en los aviones, baterías doble y triple A, cargadores, y hasta un viejo reloj de pulsera Seiko, automático —por si uno se queda sin pilas en el de la marca Diesel con esfera de cuatro horas y que llevamos a la muñeca para resolver la transgresión de diversos usos horarios—, hemos viajado el mundo entero: de Madrid a Toledo, de Shanghai a Beijing, de Londres a París en el Eurostar y de París a Brujas, y también —aunque menos glamorosamente—, de Delhi a Varanasi en coches-litera de ignota clasificación en un trepidante tren en la India que, naturalmente, usted puede asegurar que olía a curry, a mucho curry. No es para medalla al pecho... pero sí para condecorar con Corazón Púrpura a las clavículas, porque con todo, todo dentro, la tragona bolsa merodea las 35 libras.

De ese peso claro que podemos exonerar a las tijeras corta-rollos, a los sobrecitos de pretzels o de maní de Delta Airlines, extraviados aquí y allá dentro del maletín... pero no al equipo fotográfico, consistente históricamente en una voluminosa Canon 5D Mark II con battery pack y dos pilas debajo, un mastodóntico zoom L-Series Canon 28-300, un 16-35 del mismo tipo, y un flash Speedlite 580EX (que, de lite, no tiene nada).
¿Ha escuchado hablar de disloque del hombro, de bursitis y de infiltraciones de cortisona con una aguja hipodérmica para vacas? (lo peor es que el reumatólogo, tan piadosamente como mamá con tu primer supositorio cuando tenías 5 años, te dice que no, que no es cortisona; y que si engordas después de las inyecciones... son los chicharrones colombianos).

Entonces —fanfarria, por favor—, llega la Sony A6000.

Deben haber sido los $320.00 por terapia para el hombro izquierdo en el 2013 —no el ticket áereo para el vuelo de JFK al Otto Lilienthal en Berlín—, lo que hizo que en mis casi 40 años como fotógrafo, en el viaje a Europa en septiembre del 2014, por primera vez dejase en la oficina —gimiendo tras de mí al cerrar la puerta como mi perro cuando salgo a caminar por la barriada en las mañanas y no lo saco a pasear—, a mi Mark II y sus apreciados lentes, y llevase otro equipo atrapa-imágenes, considerablemente más liviano.

La sustitución la protagonizó la Sony A6000 que ya anuncié, con dos lentes zoom.

La Sony A6000 es una cámara de 24 magapíxeles, compacta, de óptica intercambiable y carente de espejo, un nuevo formato que, precisamente por portable —léase máquinas fotográficas más pequeñas y más ligeras—, se está haciendo muy popular. Pero además, estas cámaras son muy versátiles, de menos precio y, para colmo, son capaces de ofrecer magníficos resultados fotográficos.

La diferencia en calidad fotográfica fue poca... ¡pero mucha en peso! Mis hombros, que solidarios —o acaso envidiosos, no sé...— ya le habían advertido a mis rodillas con un salomónico tono ejemplarizante, "ustedes son las próximas", enseguida notaron, como en la fábula del burro que cargado de agobiantes alforjas de sal tropezó y cayó al río sin querer, que faltaban cosas en el tradicionalmente bien sazonado Tamrac. Cuasi ingrávido, me sentí levitar...

En realidad, el resto de los componentes de mi vetusto maletín fotográfico estaban ahí —sí, incluidos los citados pretzels, y probablemente también un olvidado paquetito de M&M's de dos vuelos atrás—, pero la diferencia que representó abortar de sus entrañas una cámara tan recompensadora pero plomiza como la Mark II —¡ay!, que lloro, caray...—, y los dos lentes voluminosos cual botellas del más caro Dom Pérignon, no eran cosa de ignorar. Ya de vuelta en Miami, tres meses después, me topé en la calle con mi antiguo fisioterapeuta importado de Asia, que me preguntó por qué había interrumpido las sesiones. Justifiqué mi ausencia con la A6000 (soy taaaaaan inculto: ¿gruñir puede significar un good-bye en Sri Lanka?). 

El ajuar fotográfico de este viaje fue el siguiente: la por entonces flamante Sony A6000, acompañada de dos zooms: un 10-18 mm para las necesidades de ángulo ancho, que resolvió muy bien los escenarios angostos además de prodigar un dramatismo especial a escenas que lo demandaban, y un magnífico 18-200 mm, el E-PZ OSS del cual, al hacer la conversión en términos de 35 mm, equivale a 28-320... ¡20 mm más en el extremo del tele!, que mi admirado Canon L de 28 a 300.

Con el etéreo maletín ahora al hombro me moví más expeditamente en la triste caminata en Auschwitz. Y como que flotante, no me resultó difícil al andar y desandar Cracovia recordar la sentencia de la canción de Billy Joel, Good Night Saigon, dedicada a los veteranos de Viet-Nam, que dice, to travel light...

Pero antes de llegar ahí, al amparo de las ambrosía de sentirme tan aliviado de peso cuando corría en un angustiantemente breve layover internacional de un corredor a otro en el aeropuerto de Fráncfort del Meno, mi esposa —más como mi abuela— pronunció la frase "te lo dije"; recordé a mi maestra de tercer grado cuando en 1966 me aconsejó que pusiera un esfuerzo extra en memorizarla la víspera, y por eso recité como una metralleta al día siguiente en clase, sin fallar ni en una sola multiplicación, la tabla del 9. No hay nada como hacer caso a los otros que llevan razón. Dicen....

Este periplo de una semana, basado fotográficamente sólo en la A6000 con los zooms 10-18 y 18-200, lo hice en auto, conduciendo en un loop con principio y fin en Berlín, con altos en Polonia en las ciudades de Wroclaw y Cracovia, y en los campos de concentración de Auschwitz I y Auschwitz-Birkenau; en Bratislava, en Eslovaquia; en Telc, en la región de Moravia en la República Checa y luego en la capital, Praga; en Viena en Austria, y finalmente en Dresde, antes de abotonar el viaje otra vez en Berlín.

Las fotografías en este abordaje son, en su mayoría, de Polonia, aunque hay alguna de los otros destinos. Para obtener una idea y resultados más completos del álbum digital logrado en este viaje, recomendamos al lector que mejor consulte los slides shows que de algunos de estos sitios hemos hecho y que puede apreciar en nuestra cuenta de Youtube. Por ejemplo, si presiona justo sobre esta línea ahora, podrá disfrutar del slides show de Telc; si lo hace sobre esta, verá las imágenes de Cracovia; si oprime esta línea, accederá en YouTube a las fotografías de Viena; en esta línea, verá un divertido desfile de fotografías del nada memorable autito Trabant que fabricaba la hoy extinta Alemania del Este y, como plato fuerte, el slides show de Auschwitz-Birkenau, si pulsa sobre esta línea.

En el afán de que pueda ver la probable diferencia entre lentes y lentes, y entre cámaras y cámaras, el lector debe hacer click sobre esta línea, para igualmente mirar un slides show de Praga. En éste, la mayor parte de las fotografías fueron tomadas en un primer viaje a la capital checa en el 2012, con la Mark II y los zooms de la serie L que precisamos anteriormente, pero específicamente en el capítulo dedicado a la plaza del barrio viejo de Praga y el reloj medieval astronómico, esas fotos fueron tomadas con los Sony 10-18 y 18-200, conectados a la Sony A6000.

Del mismo modo, recomendamos que mire los videos explicativos de tres cámaras de Sony, a los cuales pueden acceder si presionan indistintamente ahora sobre el nombre de la Sony NEX-6, el de la Sony A6000, y el de la Sony A7II. También, pueden ver un video de una prueba de uso del lente 18-200 de Sony, de hacer click sobre esta línea.

Sin más, a continuación algunas de las fotos tomadas con la Sony A6000 y los lentes 10-18 y 18-200, en el otoño del 2014 en Europa. Nuestra predilección por la fotografía en blanco y negro nos ha hecho incluir varias piezas así.

Gracias.